Can spring be far behind?

Esta mañana he sentido que ya había llegado la primavera. Es cierto que se ha acabado el poco frío que hizo de la semana pasada, pero no era por eso. Ha sido más bien una sensación basada en dos sentidos a los que normalmente no hacemos caso. Esos que, cuando se juntan en enviarnos señales, nos hacen pensar en que hay un sexto.

Presa de los Peñascales

Aunque he cruzado varias veces los Peñascales cuando quería llegar hasta el canal del Guadarrama, el caso es que nunca había trotado antes por la zona del pequeño embalse que hay en medio de esa megaurbanización.

Círculo abierto

Hace ya un par de meses que me quedé solo en mis salidas al trote. A mi vieja compañera le pesa ya la edad, y prefiere los paseos más tranquilos en los que corretea a su gusto, sin tener que depender del ritmo que yo pongo.

La tierra helada

El frío de verdad sigue sin llegar, pero la última noche el campo ha amanecido blanco por la escarcha. No ha sido la primera noche de helada de este invierno, pero quizás sí la que ha dejado el paisaje más bello. La hierba parecía de cristal, y el suelo una alfombra dura y crujiente. Espero que sea un adelanto de la nieve, que se echa de menos.

Esperando a Godot

La primera nevada del año, ha dejado blancas las cumbres más altas de la sierra. Pero en vez de anunciar días de frío y hielo, el sol que ha venido luego se ha encargado de derretir casi todo. Puede que haya sido tan sólo un pequeño ensayo general, y que el invierno aparezca en algún momento.

Primera salida del año

He empezado el nuevo año corriendo casi como terminé el pasado: por mis pagos más habituales. Una salida a medias en casi todo, ya que ha cabalgado entre dos años, entre el día y la noche, y con el paisaje a ratos velado por la niebla.

Río Genil

La última salida al trote del año me ha pillado en Granada, así que he aprovechado para remontar el Genil por su orilla izquierda hasta la presa de Canales, dejándome llevar de vuelta hacia la ciudad con las piernas cansadas.

Escarcha y luna llena

Reconozco que a veces me cuesta levantarme cuando todavía es de noche y salir a correr por el monte con este frío. Pero si me quedara en la cama me perdería el poder trotar bajo la luz de la luna llena, en medio de un campo helado por la escarcha.

Cosas que ya no hacemos cuando salimos al campo

Los móviles modernos son realmente unas máquinas extraordinarias. Tan avanzadas que no somos conscientes de que tenemos en el bolsillo ordenadores más potentes que los que se usaron para llevar al hombre a la Luna.

El invierno no llega para todos

Llevamos ya dos semanas de heladas nocturnas y frío matinal. Parece que va llegando el invierno, pero sin pasarse. De hecho, hay muchas plantas medio despistadas que están sacando ahora las flores. Siempre hay algún ejemplar díscolo, pero lo de este año es realmente especial, porque son muchas y en muchos sitios las plantas que están floreciendo.

Cerro de la Lechuza

Aprovechando un día festivo he salido a correr cuando el sol calentaba ya el campo. Un día tan glorioso que daban ganas de seguir corriendo sin parar para aprovechar el buen tiempo. Así que me he puesto a ello.

Correr de noche

Es lo que toca en estas fechas. Durante las últimas semanas, y hasta dentro de un par de meses, salgo a correr de nuevo a ciegas. Dando a oscuras las primeras zancadas, y llegando cuando el sol todavía no ha llegado a aparecer en el horizonte.

Vuelta a hoyo

Días nublados, con el sol oculto detrás de un manto gris. Y días con la niebla ocultando el paisaje. Hay veces en las que el campo pierde su color y se pierde a si mismo, sobre todo en esta época del año. Por eso, a veces cuesta más salir a trotar.