Es curioso cómo cambia un recorrido cuando se hace de noche. Sobre todo
si no lo conocemos perfectamente. Aunque por nuestra propia seguridad siempre
conviene haberlo hecho antes con luz, para evitar dudas en los cruces de
senderos (que no es cosa de perderse), lo cierto es que la oscuridad aporta mucha
magia.
lunes, 30 de septiembre de 2013
jueves, 26 de septiembre de 2013
Vueltas a las colinas
Sigo dándole vueltas al mismo recorrido. A ver si vuelvo a
encontrar el Norte. Porque entre unas cosas y otras, lo de salir a correr se
está quedando sólo para esos raros momentos en que se alinean los planetas y
los dioses se muestran benevolentes.
lunes, 16 de septiembre de 2013
Vuelta a las Colinas
Dos semanas sin haberme movido pasan factura. Así que, más que correr,
me he ido desplazando de mala manera durante todo el recorrido. Con paso lento
y cansado. Y con las piernas flojas a mitad de camino.
viernes, 13 de septiembre de 2013
El mono cansino
Siempre se ha dicho que somos animales indefensos, desnudos y sin
facultades físicas para luchar por nuestro alimento. Se nos ha explicado que
sólo gracias a nuestro cerebro hemos podido sobrevivir en la naturaleza y
evolucionar hasta lo más alto.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Runneando por las montagnes
Hace poco la Fundación del Español Urgente nos recomendaba no usar las
palabras runner o running. Su razón parecía obvia: en habiendo correr, corredor
y carreras… ¿pa qué? A pesar de que no suelo usar los términos ingleses, esto
ha abierto una vieja herida sobre las lenguas vivas y las momificadas.
viernes, 6 de septiembre de 2013
Running behind the Kenians
En uno de sus libros, el escritor y periodista Malcom Gladwell
analizaba la importancia de la práctica y el entrenamiento como factores
fundamentales para alcanzar el éxito. De hecho, a lo largo del libro mencionaba
en muchas ocasiones la famosa regla de las 10.000 horas. Con ese tiempo de
práctica en el bolsillo tendríamos prácticamente asegurada la maestría en
cualquier campo.
martes, 3 de septiembre de 2013
Vuelta a las Colinas
Cada año empieza siempre dos veces, como mínimo. La primera vez la
dicta el calendario, y es el inicio más forzado. El frío de enero no provoca un
entusiasmo feroz por el nacimiento de una nueva época de nuestras vidas.
martes, 27 de agosto de 2013
Trengandín y Berria
Al final he podido volver a ponerme las zapatillas antes de lo que creía, así que he aprovechado una mañana de nubes y chubascos perdidos para correr por dos de las playas más bonitas que hay en Santander.
viernes, 16 de agosto de 2013
Última parada, Segovia
La forma que tenía hasta hace un mes ha ido desapareciendo
por falta de uso. Han sido semanas en las que, al no poder correr de forma
habitual, tan sólo he podido gastar los últimos cartuchos haciendo salidas largas por la
montaña. Pero todo se acaba.
lunes, 12 de agosto de 2013
Salida nula
No quería correr mucho, y vaya si lo he conseguido. Por un
lado, tenía ganas de hacer una última salida veraniega el jueves que viene. Así
que no quería forzar mucho. Y por otra parte, el fin de semana pasado noté que mi
pierna izquierda estaba un poco temperamental.
lunes, 5 de agosto de 2013
Río Moros y puerto de Pasapán
La última vez que vine al río Moros me había quedado con las
ganas de descubrir los caminos que recorren la ladera norte del valle (la que
queda al sur de la Mujer Muerta). En sus faldas hay dos pistas que serpentean, siguiendo
el contorno de las montañas a diferente altura. Y en lo más alto queda el
puerto de Pasapán.
lunes, 29 de julio de 2013
Vuelta a Lierganes
Como ya había anticipado, en esta nueva etapa de mi vida las carreras
van a convertirse en algo exótico. Llegará un momento en que se me agotarán
pronto las fuerzas y las piernas no me respondan. Pero como todavía guardo un
poco de forma, me puedo permitir alguna que otra salida dominguera.
martes, 23 de julio de 2013
Todo cambia, nada permanece
Una verdad de las del barquero, como bien sabía el sabio de Éfeso. Y en
uno de esos cambios que da la vida, mis carreras montaraces van a quedar
probablemente en el olvido. O, al menos, muy reducidas. Tanto en número como en
duración.
Han sido unos años en los que he podido disfrutar del campo en soledad,
con todo el tiempo del mundo a mi disposición (o casi). Pero ahora tendré que
volver a trotar a ratos perdidos, por caminos nuevos y mirando el reloj. Aunque
quizás me pueda resarcir los fines de semana, haciendo alguna salida más larga.
Y, por supuesto, al alba.
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