Los días tranquilos

Hay momentos llenos significado. Cuando caen las primeras nieves del año. Los primeros días de sol después del invierno. Semanas en las que las lluvias inundan los caminos. O cuando pasan las grullas volando hacia el norte o el sur, dos veces al año. Y luego hay momentos tontorrones en los que no pasa nada fuera de lo común. Y la semana pasada ha sido de esas.

Cerro de la Lechuza

Hace tiempo que no salía a correr al atardecer. Y puede que sea porque mi cuerpo ya no está acostumbrado a trotar a esas horas, o por los kilómetros que he acumulado esta semana, pero lo cierto es que he terminado realmente cansado.

Vuelta a las Colinas

Otra salida corta y por un recorrido facilito. Caminos por los que he pasado muchas veces, aunque ahora los tenga medio olvidados. Así que me ha servido para ponerme al día de los cambios que ha ido sufriendo el paisaje. Y lo de sufrir lo digo en todos los sentidos, porque la mayor parte han sido debidos a las motosierras, el fuego y las excavadoras.

Sierra de Hoyo y vuelta al pueblo

Una escapada rapidita al alba, subiendo a la sierra de Hoyo para disfrutar de las vistas con las primeras luces del día. Aunque lo de rapidita es una pequeña hipérbole. Porque el ritmo no es que fuera demasiado alegre precisamente.

Vuelta a Hoyo

Lo malo de pasarse todo el día picando en la cocina cada dos por tres, es que luego no hay forma de correr en condiciones. Pero esta vez he conseguido realizar un doble esfuerzo para trotar un poco al amanecer.

Mirador y valle del Peregrinos

Las oportunidades para correr al lado de casa ya no son tan abundantes como hace unos meses. Por eso he vuelto a disfrutar de este recorrido. Uno de esos clásicos que solía hacer cada dos por tres, pero que ahora tenía ahora medio olvidado. Ha sido como reencontrar a un viejo amigo.

Sumer is Icumen in

No es que haya llegado de pronto el verano. De hecho, estos días estamos ahora disfrutando de unos días de primavera perfectos. Pero este lunes, mientras corría por los montes de Torrelodones, he escuchado al primer cuco del año. Y para mí no hay nada más asociado con el verano que su canto de juegos infantiles.

Savia nueva

La estación más bipolar del año nos ha dejado de nuevo la semana llena de días templados y con cielos mayormente soleados. Ha vuelto el buen tiempo. Y ha vuelto a ser un placer empezar la jornada corriendo.

Recorrido - Corona del Río Moros

Distancia: 24,6 km km.
Desnivel positivo: 1.650 m.
Tipo de terreno: sendas y senderos de alta montaña.
Dificultad: Alta
Agua: A mitad de camino hay una fuente en el río Moros, por lo que sólo hará falta llevar agua en pleno verano.

Un recorrido duro y montañero por una de las zonas más solitarias de la sierra madrileña. Además, la joya de la corona del río Moros es ni más ni menos que el Montón de Trigo. Un pico realmente singular y desde el que se disfruta de unas vistas magníficas hacia las dos Castillas.

Como una liebre de marzo...

Si no tiene nombre, debería tenerlo. Es ese momento al principio de la primavera en que el tiempo se vuelve loco. Como alguien que rebusca deprisa en un cajón y va sacando todo lo que encuentra: sol, frío, niebla, granizo, viento, nieve, lluvia, calor... Por algo dicen que marzo es el mes más tronado del año.

Bola del Mundo y la Barranca

No hay mejor forma de darle la bienvenida a la primavera que salir a correr por el campo para disfrutar del tiempo perfecto que estamos teniendo. Sobre todo porque, como es habitual en esta estación, se anuncian ya borrascas en el horizonte.

Paisajes a cámara lenta

Otra semana de esas raritas en cuanto a lo de correr. Con un tiempo perfecto para trotar al amanecer, pero con el cuerpo un poco perro. Así que mis salidas mañaneras se han visto reducidas a dos.

Recorrido - Abantos

Distancia: 15,8 km.
Desnivel positivo: 945 m.
Tipo de terreno: pista asfaltada y senderos.
Dificultad: Alta
Agua: No.

En una sierra como la del Guadarrama, rodeada por millones de personas, hay puntos en los que casi hay que hacer cola para pasar. Entre los picos más visitados, quizás sea el de Abantos el que se lleve la palma. Lo que se explica quizás porque hay hasta seis caminos diferentes que llegan hasta su cima.