viernes, 17 de febrero de 2017

Convalecencia Activa

Aunque todavía arrastro los restos de un trancazo realmente terco y obstinado, al menos he podido volver a trotar esta semana un poco por el monte. Despidiéndome de las últimas lluvias y aterrizando en otra pequeña primavera que parece que se va a quedar un rato con nosotros.

sábado, 11 de febrero de 2017

Libro: Today We Die a Little (Richard Askwith)

A estas alturas no resulta fácil escribir un libro sobre Emil Zatopek. Y no porque su vida no sea interesante. Todo lo contrario. Pero lo malo es que se han publicado tantas cosas sobre él, que es difícil aportar algo nuevo.

viernes, 3 de febrero de 2017

Una pequeña tregua

Mis devaneos al trote por el monte han terminado más pronto de lo normal esta semana. Y no porque haya llegado la lluvia, que tampoco pasa nada por mojarse un poco. Pero un virus tontorrón se me ha enredado por dentro. Y, aunque la cosa no es para quedarse en la cama, me ha carcomido las ganas de salir a correr.

martes, 31 de enero de 2017

La niebla

Sólo la niebla cambia más el paisaje que la nieve. Cuando todo se vuelve blanco, el campo se convierte en una versión diferente de la habitual (al menos por estos pagos). Todo es lo mismo, pero con un vestido nuevo de gala. Con la niebla es otra historia. No disfraza, sino que transforma las cosas hasta hacerlas irreconocibles.

viernes, 27 de enero de 2017

La nieve

Esta semana se ha ido el frío de verdad, y tan sólo nos ha quedado un frío flojo y blandito. Lo justo para recordarnos que estamos en invierno. Con heladas nocturnas, que han estado pintando el campo de escarcha hasta que los dedos del sol la tocaban. Y con días soleados, que templaban el ambiente. Al menos hasta que hoy nos ha visitado la nieve.

martes, 24 de enero de 2017

Libro: The Marathon Monks of Mount Hiei (John Stevens)

Casi toda la información que existe en occidente sobre los monjes budistas del monte Hiei suele ser un cúmulo de malentendidos. Ya que, aunque se les suelen conocer como super atletas capaces de correr mil maratones, lo cierto es que ni son lo primero, ni hacen lo último

domingo, 22 de enero de 2017

Después de una semana de ocio relativo, esta vez he podido hacer un recorrido más largo de lo habitual. Y además disfrutando del calorcillo de media mañana, ahora que ya hemos dejado atrás el invierno (o la primera ola de frío).

viernes, 20 de enero de 2017

Entrenamiento pasivo

Lo bueno de correr para no llegar a ninguna parte es que no hay que entrenar. Por eso, a los que trotamos sólo por el gusto de hacerlo, nos salen sarpullidos cada vez que nos menciona una tabla de sesiones o ejercicios. De hecho, yo el único entrenamiento que hago es el pasivo. Ese que permite que el cuerpo se recupere. Normalmente tumbado en un sofá.

miércoles, 18 de enero de 2017

Tres estaciones y una ola de frio

El invierno está tan devaluado que, en vez de estación, parece que se haya quedado tan sólo en ola de frío. Y lo que antes duraba semanas o meses, ahora sólo aparece durante unos cuantos días.

viernes, 13 de enero de 2017

El veranillo de enero

Los más conocidos son los otoñales: el veranillo de San Miguel, o del Membrillo, el de San Martín o, incluso, el de San Andrés. De hecho, en otros idiomas también tienen nombre propio: Indian Summer, Altweibersommer, bablje ljeto, Brittsommar, gypsy summer, pastirma yazi... Pero el que nunca falla es el veranillo de enero.

lunes, 9 de enero de 2017

Vuelta al canto del Pico

Cuando corro, lo normal es que tenga el tiempo contado. Así que, cuando salgo, siempre sé lo que voy a tardar en volver. Sigo midiendo la duración de mis recorridos de forma habitual. No para saber si corro más o menos rápido, sino para no llegar tarde.

martes, 3 de enero de 2017

Orillas del Guadalquivir

No sé si es la mejor forma de conocer una ciudad. Seguramente no. Pero cualquier corredor sabe que siempre es agradable echarse un trotecillo cuando estamos de viaje por paisajes desconocidos. En el fondo somos como los chuchos, que necesitamos marcar los territorios nuevos por los que pasamos.

domingo, 1 de enero de 2017

Entre el Genil y el Darro

Todos los que nos gusta correr sabemos que la mejor forma de terminar el año es al trote. Por eso abundan las San Silvestres. Pero como yo no soy nada gregario, ni me gusta el asfalto, suelo optar por hacer la última carrera como siempre: en solitario y, a ser posible, por senderillos montaraces.