lunes, 18 de marzo de 2013

Virus

A veces los mejores planes se frustran por las cosas más pequeñas. El proyecto de una salida larga por la montaña, con sol, nieve y un viento frío se ha quedado en eso. En proyecto. Y el culpable en este caso ha sido un virus. Un trancazo leve, pero que me ha dejado el cuerpo con pocas ganas de juerga. Otra vez será.

sábado, 16 de marzo de 2013

Via del tren

No sólo las liebres están locas en marzo. El tiempo suele seguir el mismo camino. Si hace dos días me helaba de frío con la ventisca del noroeste, hoy he podido salir en manga corta. Con un sol de primavera calentando todo el camino.

viernes, 15 de marzo de 2013

Dehesa de Navalvillar


El día del invierno que peor lo he pasado ha llegado casi en primavera. Y eso que no hacía demasiado frío. Pero con el viento y la nevisca he llegado con la cara helada y las manos agarrotadas.

Cuando tengo las manos ateridas no puedo unir el pulgar y el meñique al cerrar la mano (sobre todo en la derecha). No sé si es raro o no porque no he hecho ninguna encuesta. Pero el caso es que hoy he tardado un rato largo en recuperar la sensibilidad de los dedos cuando he llegado al coche.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Fartlek


O como pasárselo bien en los entrenamientos. Al menos esa era la idea. Romper la rigidez de las series y dejarlas a gusto de cada cual (más o menos). Una forma de entrenar sin hacerlo.

El inventor de esta técnica fue Gösta Holmér. En 1930, cuando se encontraba entrenando al equipo sueco de campo a través, quiso aligerar un poco la presión del sistema oficial. Y vaya si lo consiguió.

lunes, 11 de marzo de 2013

Cascadas y cuartel


Hoy por fin el campo rezumaba agua. Durante todo el invierno los arroyos han estados bastante secos. Pero en febrero se puso a llover con ganas (y a nevar un poquito) y empezaron a bajar ya llenos.

Pero lo de hoy ha sido diferente. Todo el campo era un charco y todos los caminos, arroyos. Así que no quedaba más remedio que mojarse. Cuando llegaba a un lago mayor que el resto, chapoteaba con alegría por el medio (incluso me mojaba aposta para limpiar un poco el barro de las zapatillas). A veces hasta la rodilla. Menos mal que no hacía frío.

viernes, 8 de marzo de 2013

Canal y puente del Batán

Esta semana ha llegado la lluvia, así que he tirado de chubasquero las últimas salidas.El miércoles me puse las mallas largas y una camiseta gorda debajo y casi me muero de calor. Así que hoy, a pesar de que ha estado cayendo a base de bien, tal sólo me he puesto una camisetilla de manga corta. Y perfecto.

Hanami

Ya han florecido los primeros árboles al lado de casa. Hace unos días vi que en Madrid ya habían explotado del todo. Pero en mi pueblo las cosas llegan más tarde por eso de la altura. No es que sea un gran Hanami, pero alegra la vista cuando trotas por los montes.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Puente de la Parrilla

Una salida al trotecillo lento porque el cuerpo todavía no está para alegrías. Parece que cada vez me cuesta más recuperar después de las salidas largas.

El tiempo ha sido más cántabro que castellano: diez grados de temperatura, lloviznas ligeras y constantes y campos con la hierba crecida. La zona de la dehesa estaba preciosa, con las encinas llenas de torcaces y los pájarillos como locos cantando para marcar sus territorios.


lunes, 4 de marzo de 2013

Circular sierra de Hoyo


Uno de los recorridos que más ganas tenía de hacer corriendo. Y eso que la primera vez que lo hice en bici, hace ya unos cuantos años, me dio una pájara monumental (fue en agosto y a media tarde).

Lo cierto es que el paisaje no es demasiado bonito. La primera parte ya la tengo muy trillada y no tiene nada especial. Luego viene el paso por Moralzarzal (incluido su polígono). La cañada real segoviana por el puente del Batán es tan sólo una pista ancha sin más misterio. Y encima después hay que correr por la carretera durante un kilómetro.

sábado, 2 de marzo de 2013

Canal y puente del Batán


Hoy ha sido uno de esos días en los que, desde que das las primeras zancadas, ya sabes que vas a ir bien. Así que he aprovechado y he ido rápido (todo lo rápido que yo puedo ir). Además, también quería practicar más el metodo de andar en las cuestas fuertes.

El resultado final ha sido dos partes buena y otra no tanto. Por un lado, he podido aguantar con ritmo fuertecillo todo el rato. Por otra parte, lo de las cuestas va muy bien en todos los sentidos. Así que el tiempo final ha sido menor que en otras ocasiones.

Sin embargo, lo que no me gusta cuando voy forzando es que no puedo disfrutar de verdad del paisaje. Y hacía un día para no perderse nada, con sol y el campo preparándose ya para lo que le viene encima.

En resumen:

  • Ya me imaginaba que este recorrido se iba a convertir en uno de los habituales. Lo cierto es que la primera parte en llano permite ir entrando en calor. Y la segunda, disfrutar de un sendero muy bonito en el cañón del Manzanares.
  • Mejor ir más lento y no perderse nada cuando el escenario merece la pena.

13,68 Km (8,50 millas)
212 m
1h 22 min (10,01 Km/h)

viernes, 1 de marzo de 2013

La medida irreal de las cosas


Cuando nos enfrentamos con la tarea de medir las distancias que corremos, lo primero que tenemos que hacer es olvidarnos de la realidad. Sólo si corremos en pista podemos estar casi seguros de lo que recorremos. Y eso únicamente si seguimos la calle uno y nos fijamos bien en las marcas de salida para cada distancia.

Pero cuando vamos por carreteras, caminos, parques o, sobre todo, campo a través, a lo máximo que podemos llegar es a tener una referencia aproximada. Nada más.

El problema es que con la comercialización masiva de aparatitos o teléfonos con tecnología GPS, parece que corriéramos con una cinta métrica en el bolsillo. Pero no. Todos esos aparatos tienen un porcentaje de error a la hora de establecer las distancias de un trayecto.

Los hay mejores y peores a la hora de acercarse a la distancia real (y por los test que he visto por ahí, no tienen nada que ver con el precio del aparato). Pero el margen habitual de error está entre el 0,3 y el 5%. En positivo y en negativo.

Y los mapas de papel o las páginas web que miden distancias sobre mapas o fotos aéreas tampoco son la panacea. Sin embargo, creo que, si dejamos de lado la realidad total y absoluta, el servicio que nos dan tanto los cacharrillos GPS, los mapas o las webs es más que suficiente.

Por un lado, no somos atletas profesionales. Para la mayor parte de nosotros los segundos no existen (o no deberían existir). Por lo tanto las distancias no tienen el mismo significado que para alguien que vive de eso.

Y por otro lado, creo que lo importante es medirnos a nosotros mismos. Si usamos siempre el mismo sistema, estaremos teniendo siempre el mismo margen de error. Por lo que los datos tendrán tanto valor como si supiéramos la distancia real y absoluta.

Ah, y en lo de que respecta a las diferencias de altitud, vale todo lo dicho anteriormente multiplicado por cuatro (eso cuando no confundimos metros con pies).

miércoles, 27 de febrero de 2013

Subir andando


Todos los corredores de montaña usan esta técnica. Y realmente se nota una gran diferencia entre subir corriendo (o fingiendo que corremos) las cuestas brutales, o subirlas andando.

Cuando no son tan brutales, a veces puede merecer la pena ir corriendo para mantener el ritmo. Pero sólo para eso. Porque en el fondo vamos más lentos y nos cansamos más.

Podría explicar cómo se debe andar exactamente, pero creo que si el propio Kilian lo explica, lo mejor es escuchar sus palabras.


martes, 26 de febrero de 2013

Canal y puente del Batán


Una vuelta de expedición por el cañón del Manzanares. Había visto en las fotos aéreas unos senderillos más cerca del río que el que yo suelo utilizar. Y sí. Hay muchos, y muy bonitos. Pero ninguno me sirve de verdad como alternativa.

El caso es que son sólo pequeños senderos laterales que llevan hasta la orilla del río. O caminos paralelos que desaparecen de pronto en medio de unas peñas. Total, que he estado un cuarto de hora yendo y viniendo por entre matojos hasta la central.

En cualquier caso, ha merecido la pena. A pesar del viento helado que soplaba por arriba, en cuanto me he metido en el cañón, el calorcillo se ha agradecido. Además, en las zonas donde da el sol, el campo ya huele a jara.

En resumen:
  • Siempre hay que explorar esos caminos que vemos por ahí y que no sabemos a dónde llevan. A veces acabamos en un vertedero. Pero en otras ocasiones merece la pena el descubrimiento.
  • He probado en la última subida la técnica de andar a pasos grandes apoyándome en las rodillas. Todos los corredores que triscan por el monte la recomiendan, y realmente merece la pena.
14,08 Km (8,75 millas)
225 m
1h 37 min (8,71 Km/h)