Praderas de la Berzosa

Pocas veces he terminado con los pies tan mojados como ayer. Toda la nieve que había caído el martes decidió empezar a disolverse a la vez creando un paisaje anegado. El campo parecía una piscina, los caminos se confundían con los arroyos y para rodear los charcos habría que haber bajado hasta Torrelodones. Sólo quedaba relajarse y disfrutar.

Un año corriendo

De Almería a La Coruña, ida y vuelta. O un tour de Francia. Eso es lo que he corrido a lo largo del año. Más de nueve días enteros, si sumáramos todas las horas. Tiempo perdido para muchos. Pero para mí, han sido algunos de los mejores momentos de 2013.

Presa del Gasco y canal de Guadarrama

Noche templada, con algo de lluvia y un poco de niebla. La típica salida de los viernes, pero esta vez mojándome por arriba, por abajo y por en medio. Por arriba, por la lluvia que empezó a caer nada más salir (aunque al final paró). Por en medio, por los arbustos que cubren el sendero sobre el canal. Y por abajo, por los charcos y por el barro, que dejaban la trocha del canal como si fuera una pista de baile.

Praderas de la Berzosa

Cuando hay niebla, perder el camino es lo normal, no la excepción. Y no vale de nada pensar que conocemos el recorrido como la palma de la mano. En cuanto te despistas un momento y das dos pasos en dirección equivocada te das cuenta de verdad de lo fácil que es perderse.

Praderas de la Berzosa

Llevaban todo el domingo avisando de que el lunes llegaría la nieve. Y en cuanto se hizo de noche, el termómetro bajó hasta los dos grados bajo cero, aunque sin viento. Así que era un buen momento para probar la máscara de neopreno que me compré en Navidad.

Vuelta a las Colinas y caseta

Como el viernes no había cole, aproveché para hacer una salida vespertina. Y como tampoco podía irme por los cerros de Úbeda, me limité a hacer este recorrido. Un viejo conocido al que tan sólo le añadí la novedad de hacerlo en un sentido diferente al habitual.

Why is running so…

Hace poco vi un reportaje de lo que piensa la gente sobre varios países del mundo utilizando la herramienta de autocompletado en las búsquedas de Google. Era interesante, aunque un poco deprimente (no había muy buen rollo). Pero el caso es que me puse a cotillear otras cosas. Hasta que llegué a esto del correr.

Praderas de la Berzosa

Ayer el viento traía un poco de nieve de la sierra, pero el caso es que tampoco hacía demasiado frío. Llevamos un mes de enero que se está quedando a medias en todo. Llueve, pero no mucho. Hay sol, pero no calienta demasiado. Hace frío, pero tampoco tanto. Y el viento molesta, pero sólo a rachas. Así que en mis salidas nocturnas todavía no he tenido posibilidad de estrenar la máscara que me trajeron los Reyes. Ya vendrá febrero con las rebajas.

Sierra de Hoyo

Echaba de menos una salida más larga de las que la vida me está dejando hacer últimamente. Y aprovechando el tiempo casi primaveral del fin de semana he subido hasta las crestas de la sierra de Hoyo. Para otear la nieve de Guadarrama y para perderme un poco por el campo más silvestre de los que rodean mi casa.

Presa del Gasco y canal de Guadarrama

Lo malo de salir tan tarde a correr, es que a veces te cuesta encontrar las ganas. Y el viernes pasado, según llegaba el momento de salir, la pereza me iba dominando el ánimo. Pero como ya estaba vestido (y tampoco me iba a quedar sentado en el coche durante todo el entrenamiento de mi hija) el caso es que al final me lance a la aventura.

Praderas de la Berzosa

Con esta distancia, y sin cruzar carreteras, no hay muchos recorridos saliendo desde casa. Pero algo voy a tener que hacer, porque el caso es que ya me estoy aburriendo un poco de seguir siempre el mismo sendero.

Un poco de nieve

Ya han llegado las primeras nieves del año. Pero como el viento del norte ha limpiado el cielo de nubes, el resultado ha sido tan tímido como breve su duración. Hace frío, pero habrá que esperar a que vengan nuevas tormentas desde el Atlántico, bien cargadas de negros nubarrones, para ver el campo blanco.

Praderas de la Berzosa

El fin de semana iba a venir cargado de lluvia, nieve y frío. Pero en ese momento los cielos eran territorio casi exclusivo de una luna redonda y benévola. Así que, carpe diem. Por el mismo recorrido que el último día. Y con la misma compañía.