lunes, 8 de diciembre de 2014

Las cascadas

Después de una mañana de sol, las nubes fueron cubriendo el cielo. Y el viento frío del norte traía ráfagas de nieve. Así que las opciones eran quedarme tumbado en el sofá al calor de la chimenea, o salir a correr un poco. Terminé eligiendo las dos. Porque aunque le extrañe a algunos, no hay nada mejor que correr con mal tiempo para disfrutar después de una buena ducha y un libro. O a lo mejor es que soy un poco masoquista.

Con el frío y la lluvia helada no había nadie dando paseos, así que tenía el campo para mí sólo. Pero como anochece ahora muy pronto, y no quería salir con el frontal, no podía irme demasiado lejos. Así que opté por un recorrido clásico de esta zona, que me permitía además ver qué tal estaba de agua el río de las cascadas.

A pesar de que ha estado lloviendo un poco las dos últimas semanas, el campo todavía no está realmente empapado. Y eso se nota sobre todo en los arroyos. Cuando cae una tormenta bajan llenos, pero al cabo de unas horas se vuelven a encoger. Así que a las cascadas les queda todavía esperar a que lleguen tiempos mejores.

Lo mejor del recorrido fue volver justo al anochecer, con la luz despareciendo ya casi del todo y las montañas de la sierra de Hoyo perdiéndose poco a poco entre las nubes y la oscuridad. Es un momento perfecto. Para disfrutarlo de verdad y luego volver a casa a tumbarte delante del fuego.

14,76 km (9,17 millas)
330 m
1h 41 min (8,77 Km/h)

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