Distancia: 15,7 km.Uno de los parajes más bonitos y relativamente vacíos de la costa Mediterránea es el parque natural del cabo de Gata. Sus paisajes desérticos, sus calas escondidas, unas plantas que sólo crecen aquí y sus relieves volcánicos lo convierten en algo realmente excepcional. Y este recorrido sirve para conocer alguno de sus rincones menos conocidos.
Desnivel positivo: 597 m.
Tipo de terreno: senderos bien marcados y algún tramo de pista.
Dificultad: alta. La subida a la rellana de San Pedro es dura, y luego la bajada hacia la cala de San Pedro es todavía peor. Además, hay muchas zonas con piedras y arena suelta.
Agua: Una fuente a mitad de camino, en la cala de San Pedro, justo al pie de la torre.
El trayecto parte de Agua Amarga, un pequeño pueblo de pescadores que ha crecido al calor del turismo. El camino sale en la curva de la carreterilla de entrada, cruzando la rambla en dirección oeste.
Tras una pequeña cuesta llegaremos primero a la zona de la cala de Enmedio y luego a la cala del Plomo. Aquí empieza la subida más dura del recorrido, en la que se ascienden casi 250 metros hasta la llamada rellana de San Pedro. Es esta la zona más alejada de la civilización, y en la que podremos ver zonas de vegetación realmente silvestre.
Después de admirar el panorama, y de recuperar un poco el resuello, el sendero se lanza cuesta abajo, para salvar todo lo que acabamos de subir en unos cientos de metros. Es una bajada dura y peligrosa, por las piedras sueltas y por las zonas de arena resbaladiza.
Abajo nos espera la cala de San Pedro. Antiguo lugar de vigilancia de la costa ante las incursiones de piratas, hoy las ruinas de algunas casas se han aprovechado como refugio improvisado, e incluso para montar algún que otro chiringuito. Desde luego ya no es esa cala mítica y abandonada de hace treinta años. Aunque por lo menos conserva la fuente justo al lado de la torre.
Desde aquí hay que coger el sendero de la costa, que luego se transforma en pista y que nos llevará directamente hasta la Negras. A la salida del pueblecillo hay que coger la carretera que lleva hasta el camping, que abandonaremos para bajar directamente a la cala del Cuervo.
Ya quedan sólo una pequeña subida a la Joya y un tramo de costa por un senderillo hasta el castillo de San Ramón (que es de propiedad privada) y el Playazo.
Así termina un recorrido que permite descubrir diferentes paisajes típicos de esta zona: zonas despobladas y salvajes, calas abandonadas, pueblos de pescadores, colonias de gente de vida alternativa. Y todo siempre con el Mediterráneo a nuestro lado.
Lo único que hay que tener en cuenta es el calor. No en vano es esta una de las pocas zonas desérticas de Europa. Así que si vamos a hacer el recorrido tenemos que tener en cuenta el sol y el agua. Para el primero es recomendable llevar una gorra, crema de protección alta y unas gafas. En cuanto al agua, a pesar de que en la cala de San Pedro hay una fuente, no está de más llevar al menos una botella para el camino.
Aunque también nos lo podemos tomar con mucha más calma e ir parando para bañarnos en las calas por las que pasamos. E incluso refrescarnos tomando algo sentados en una terraza de cara al mar, mientras disfrutamos de las tapas típicas de la zona.
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